¿Qué tienen
los sevillanos que escriben tan bien? Pienso en la lista de poetas sevillanos y
me quedo embelesado de su buen hacer poético: Aldana y Arguijo, en el
Renacimiento; Bécquer en el Romanticismo; Luis Cernuda y Pedro Salinas en la
generación del 27 sin olvidar a Aleixandre que, aunque siempre con la ciudad de la alegría, su Málaga en el
corazón de niño poeta, era sevillano de
nacimiento. Estos son los que se me vienen en esta mañana oscura de junio, pero
hay muchos más como por ejemplo el postergado Rafael de León que hizo algo más
que escribir canciones.
Este que viene hoy al blog se llama Rafael (¡qué nombre tan del sur el del arcángel apóstol
de los jóvenes!) Montesinos y lo he conocido en un libro hermosísimo que se
llama Los años irreparables y que
trata sobre su infancia, ese paraíso perdido. Es importante no dejar nunca de
ser niño, no despertar de la niñez como le recomienda Miguel Hernández a su
hijo en las nanas de la cebolla. Así
lo expresa Montesinos al comienzo de su obra:
¿De dónde, de qué cielos, de qué
blanquísimos ciudades perdidas por el sur de mi mundo infantil vendrán los
lejanos recuerdos míos? No sé, pero llegan hasta mí para decirme que allá en el
fondo de mi pecho, en mi soledad de siempre, nunca, nunca, he dejado de ser niño
Yo tampoco, Rafael, yo tampoco.
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