jueves, 26 de junio de 2014

NOSTALGIARIO ANDALUZ



De todos es sabida mi devoción por el grupo poético cordobés Cántico al que se marginó durante muchos años (parecía que no existía tras la Guerra Civil más que Escorial y Espadaña) y que fue rescatado, al menos en algunos de sus autores, por Luis Antonio de Villena ya en los setenta aunque, a mi modo de ver, por razones poéticas y extra-poéticas en las que no me apetece entrar. Para mí, lo más importante de estos poetas es la belleza en su poesía porque como bien dice el introductor de la obra de Mario López, Abelardo Linares,  “sólo la belleza puede salvar de la muerte aquello destinado a desvanecerse”. En fin, a lo que vamos,  que me faltaba una lectura de Mario López y el ponerme a ello me ha regalado momentos de alta poesía en la que no falta – y esto lo distancia un poco del grupo – la preocupación social. Cordobés de Bujalance, poeta y pintor o pintor  y poeta que tanto monta, Mario López escribió una poesía llena de belleza al igual que la escribían sus paisanos de ese grupo que me hace soñar con la Córdoba lejana y sola de Lorca. Os dejo, como siempre, con algún poema suyo.

CON EL AIRE DULCE...

Con el aire dulce.
Con el campo triste.

¿Por qué sin llamarte
de nuevo volviste?

¿Por qué me has herido
con la amarga daga
del recuerdo antiguo...?

¿Por qué sin llamarte
te has puesto delante
de mis torres nuevas
que se me derrumban...?

¡Que se me derrumban,
amor, sin quererlo...!

¡Que se me derrumban
ante tu recuerdo...!

¡Que se me derrumban...!



 

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