Me
perdonaréis si me llevo el agua a mi molino, pero afirmo, desde las páginas de
este blog, que don Pelayo no era asturiano, sino que era lebaniego, más en
concreto de Cosgaya en donde nació como fruto de la unión del duque Favila y de
doña Luz que era pariente, a su vez, del rey godo don Rodrigo. Y esto no lo
afirmo a humo de pajas sino que sigo al muy ilustre historiador lebaniego,
Ildefonso Llorente Fernández, que, en su libro, Recuerdos de Liébana, aporta ni más ni menos que diecisiete motivos
que demuestran que tan famoso rey, iniciador de la Reconquista, no nació en las
Asturias de Oviedo, sino en la comarca lebaniega. Obviamente no voy a referir
una por una las diecisiete pruebas, pero sí deciros que todas están basadas en
textos y documentos históricos. Es más, puesto que don Pelayo fue nombrado rey
antes de la batalla de Covadonga, su nombramiento tuvo lugar en tierras
montañesas y no asturianas y, desde estas tierras lebaniegas, acompañado por
una magna hueste de guerreros también lebaniegos, se encaminó a la cercana
Covadonga para plantarle cara a los moros. Por si fuera poco, Llorente Fernández
afirma que también el rey Silo, hijo de Froyla y de Gotina, que estableció su
corte en la asturiana Pravia, era también de la Liébana, más en concreto de Camaleño.
Supongo que habrá amigos asturianos que no estén de acuerdo con esta teoría,
pero os recomiendo una lectura desapasionada del texto de Llorente. Por cierto,
que recuerdo que la primera persona que me habló de este asunto fue un buen
montañero de Peñalara que se llamó Fernando Sobrino. Entonces no le hice mucho
caso, pero ahora, con el paso de los años y las pruebas históricas que aporta
el mencionado autor potesano creo , cada día von más firmeza, que don Pelayo
era lebaniego.
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