Dice
el ya muy citado Llorente Fernández en la página 384 de su libro Recuerdos de Liébana, en el capítulo que
dedica a catálogo biográfico – bibliográfico lo siguiente:
don Jesús de Monasterio. ¿Quién
no sabe que, nacido en potes por los años 1835, es una gloria del arte musical,
y más bien una de las más honradas y legítimas glorias de España?
No le
quiero dar un disgusto póstumo al ilustre lebaniego y buen escritor, pero, si
hoy formulamos esa pregunta, la respuesta sería que nadie o, a lo más, algunos
melómanos muy escogidos conocen la figura del que fue gran violinista español,
uno de los más grandes junto con el pontevedrés Manuel Quiroga. El potesano
tocaba con un Stradivarius que le regaló la reina Isabel II y su catálogo, no
muy amplio, pero de calidad, os copio aquí por si queréis llegaros a algunas de
sus obras.
- Fantasía original española (1853), para violín y orquesta.
- Adiós a la Alhambra (1855), para violín y piano, inscrito dentro del movimiento alhambrista, pieza de virtuosismo
violinístico para salón, con una bella línea melódica. También realiza una
versión orquestal.
- Grande Fantaisie Nationale (1855), para violín y orquesta.
- Concierto en Si menor para violín y orquesta (1859; 2.ª versión de 1880), obra escrita con buena técnica
(violinística sobre todo, porque la orquesta desempeña un papel
secundario), con una estructura similar al Concierto para Violín de
Mendelssohn
y que se trata del único concierto para violín escrito en España en esa
época, e incluso en todo el siglo. Está en la línea de los conciertos
románticos de violín que componían los grandes virtuosos
de aquellos tiempos, como Henri Vieuxtemps o Wieniawski,
con una partición de violín solista de gran virtuosismo.
- Marcha fúnebre y triunfal (1864).
- Scherzo fantástico, compuesto en Madrid en noviembre de 1865, corregido en Potes
en septiembre de 1866,
y estrenado el 15 de marzo de 1868
por la Sociedad de Conciertos de Madrid,
bajo la dirección de Barbieri. Según la Revista
y Gaceta Musical (23-III-1868), el Scherzo “produjo
viva sensación en el público, que hizo repetir la pieza, llamando al autor
entre los más nutridos y prolongados aplausos” y Para Peña y Goñi, “tiene
todo el sabor de una pieza clásica impregnada de la savia moderna, porque
hay que decir, en honra del insigne artista, que no reconoce exclusivismos
estéticos y adora lo bello donde quiera que lo halla”.
- Melodía para orquesta (1872).
- Melodía para violín o violonchelo y piano (1874), dedicada a su amigo Víctor Mirecki.
- Estudio de concierto en si bemol (1875),
para arpa, oboe, clarinete, trompa y orquesta de cuerda.
- Sierra Morena (1877), para violín y
orquesta.
- Veinte estudios artísticos de concierto, por los que, el 21 de octubre de 1878,
recibe, en la Exposición Universal de París,
la Medalla de Plata dentro del apartado denominado "Organización y
material de la segunda enseñanza".
- Andantino expresivo (1881),
para orquesta de cuerda.
- Andante religioso, para orquesta de cuerda.
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