miércoles, 22 de marzo de 2017
ALONSO SÁNCHEZ DE HUELVA, EL PRENAUTA
Alonso Sánchez de Huelva habría nacido en esta ciudad andaluza a mediados del siglo XV y se habría dedicado a hacer viajes entre Inglaterra, Canarias y Madeira. Un día, una fuerte tormenta, cuando hacía la ruta entre Canarias y Madeira, se lo llevó hacia el oeste y él, con su tripulación, llegaron a una tierra extraña en la que los nativos lo recibieron como dioses, pues ellos consideraban dioses a los hombres barbados. Los indígenas les dieron oro, comida y hasta les ofrecieron a sus mujeres como regalo. Los marineros españoles empezaron a preparar su viaje de vuelta y, tras un mes de viaje, arribaron a la isla de Porto Santo, en el archipiélago de Madeira. Y mira tú por dónde en esta isla habitaba un marinero que tenía por nombre Cristóbal Colón y que escuchó, de boca del onubense, su aventura y que le abrió todo un camino. Esta historia la recoge el padre Bartolomé de las Casas y Pedro Mártir de Anglería, que escribió en latín las Décadas de orbe novo, nos guarda una sorpresa: una nota manuscrita al margen de un ejemplar de estas décadas nos cuenta cómo fue este piloto el que contó a Colón lo que había descubierto y hasta dónde había llegado que, parece ser por lo que contó, habría sido la que después se llamaría isla de Santo Domingo. Así nos lo cuenta Juan Gil Fernández, hermano del helenista Luis Gil Fernández y también catedrático e historiador. Por si esto fuera poco, el Inca Garcilaso de la Vega es el primero que pone nombre al piloto y lo llama Alonso Sánchez de Huelva e inicia así un debate que se mantuvo abierto durante siglos. José Ceballos, Comendador del Convento de los Mercedarios Descalzos de Sevilla, afirmaba en 1762 que la dicha historia del marinero onubense que en Porto Santo le habló a Colón de lo que había visto en aquellas misteriosas tierras al oeste era cierta y que Colón fue Colón por el tal Alonso. Los onubenses le han dedicado a su ilustre paisano un parque, un monumento y hasta un Instituto de Educación Secundaria. Espero que no se lo quiten al pobre Alonso como le pasó, como recordé ha poco en otra entrada, a mi queridísimo Claudio Prieto en Guardo y que el centro que recuerda a tan heroico marino se acabe llamando IES cuarto de la tercera demarcación de la subdirección oeste del occidente de Andalucía. Me fastidiaría porque mi hijo pequeño se llama Alonso y hay que barrer para el convento.
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