¡Qué poco saben aquellos que se
llegan hasta Segovia para ponerse hasta las trancas de lechazo que todas esas
calles tan bien conservadas y esos templos y palacios que tanto admiran entre
los vapores de los judiones y del cochinillo se deben a don Juan de Contreras,
Marqués de Lozoya! Ahora, en Madrid, hasta le han quitado la calle que tenía
porque el pobre marqués cometió el “error” de tener un cargo cultural con aquel
señor bajito y con bigote que era de El Ferrol. ¡Qué pena! Pues este marqués, ahijado
del duque de Cheste, escribió una novela que no es sino un canto de amor a
Segovia, la ciudad que tanto amó. El
regidor es una novela que refleja ese paso de una nobleza dueña y señora de
las ciudades a una nobleza bajo el mandato del rey, cambio que se produjo en
Castilla con los Reyes Católicos. Don Juan era un poeta (ya hemos hablado de
esa faceta suya) y en sus páginas pinta Segovia con el amor de un amante por su
amada. Además, en el ejemplar que he
conseguido (de viejo, of course) está estampada su firma en la dedicatoria al
anterior propietario del volumen. Todo un honor que me hace sentir aún más
cerca de mi corazón a Juan de Contreras, el hombre humilde, el hombre sencillo,
el enamorado del arte y de las tierras de Segovia. ¿No es una injusticia que
este hombre al que adornan tantas virtudes humanas se haya quedado sin casa
calle? Con la de problemas que tenemos en España y que andemos que si una calle
más o una calle menos…
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