Cuando un servidor llegó a
Ávila, había una chica en clase a la que, durante los primeros días creía
andaluza. Un día que le dije que de qué parte de Andalucía era, me contestó que
era de Arenas de San Pedro. Y es que en el sur de Ávila se habla el castellano
de una manera especial que a mí, en mi incultura juvenil, me pareció andaluz. Luego,
a medida que fui adquiriendo algo de cultura ( no mucha, no nos pasemos) me
creí que el habla del sur de Ávila era extremeña y así lo he creído hasta que
llegó a mi ordenador un artículo que es resumen de la tesis que Raquel Sánchez
Romo dedicó a este tema en la Universidad de Salamanca. En el artículo, la
profesora Sánchez Romo - que es de Mombeltrán- y que, por tanto, sabe de lo que habla porque
lo habla, nos aclara que la variedad lingüística del sur de Gredos es diferente
de la variedad lingüística de los territorios de la Vera cacereña. Así expone
ella los que son rasgos comunes:
El sur abulense y el extremeño comparten numerosos rasgos en todos
los niveles gramaticales, pero me limitaré a indicar algunos de los fenómenos
fonéticos no estándares en este breve bosquejo. Ambas variedades presentan un
desarrollo pleno de las características más representativas del español sureño3: aspiración de consonantes
implosivas y del fonema velar /x/, neutralización de /r/ y /l/ implosivos y
finales absolutas, supresión de -d-, -g- y -r-
intervocálicas en numerosos contextos, o abertura de vocales finales.
Las dos hablas participan también de otros usos desarrollados por
todo el territorio de habla hispana, como el yeísmo, que resulta generalizado
en ambas variedades, aunque en las dos existen puntos dispersos de distinción.
Otros fenómenos se conocen también en distintas variedades del español, como la
conservación de F- inicial latina, que aquí se manifiesta con una aspirada.
Y unas líneas más
abajo, habla de los fenómenos
lingüísticos divergentes:
Por ejemplo, a propósito de la variante articulatoria de /s/, en
el sur de Ávila se prescinde de la sibilante apical castellana y se opta por
una predorso-dental fricativa sorda con contacto con los incisivos inferiores o
por una prepalatal fricativa sorda. En el extremeño, González Salgado (2003:
292-294) señala que las variantes más generalizadas son una ápico-coronal en la
alta Extremadura y una coronal en la baja Extremadura, aunque también hay zonas
en que se prefiere la variante apical (el oriente cacereño) o una predorsal
convexa (en la frontera con Portugal).
Extremadura cuenta con abundantes rasgos distintivos de la
variedad de Ávila pues, como ya mencioné, del contacto con otras lenguas o
dialectos podemos destacar rasgos no meridionales que se integran en algunas
áreas con la innovación del sur: cierre de vocales átonas finales, conservación
del grupo latino —mb—, o conservación de las consonantes sonoras en
algunos puntos.
También el sur abulense muestra algunos fenómenos poco frecuentes
o desconocidos en Extremadura: sustitución de la [cˆ] del estándar por una
palatal africada sorda con el dorso de la lengua en lugar de la prepalatal
estándar, ceceo de la labiodental fricativa sorda /f/, cambio de /s/ > /r/
en posición implosiva, o la velarización de la nasal /n/ en posición implosiva
o final de palabra, que provoca la nasalización de la vocal precedente.
Maravilloso
el artículo que, convertido en una entrada de mi humilde blog, dedico a mi compañero Cecilio Vadillo que, aunque
nació en Francia es habitante de ese paraíso que se llama El Arenal. Por cierto
que el inefable Daniel Peces dice siempre en su programa Con la música a todas partes que él es de habla extremeña. Pues no;
según esta erudita profesora de las Cinco Villas el habla del sur de Ávila es
diferente. Tomemos nota.