domingo, 7 de enero de 2018

MIS SALTOS EN GARMISCH- PARTENKIRCHEN


Siguiendo en la misma línea de la entrada anterior, os confieso que un servidor no sólo veía el concierto de Año Nuevo, sino que nunca se perdía la competición de saltos de Garmisch- Partenkirchen, la bella ciudad bávara en donde vivió Richard Strauss. Para un niño como era yo por entonces enamorado de la nieve, ver aquel trampolín gigante y aquellos saltadores que volaban más de cien metros era un espectáculo que estaba esperando todo el año sobre todo porque el único trampolín de saltos que conocía era el que estaba en la pista del Escaparate de Navacerrada en donde Ricardo Vicente-Arche se había proclamado campeón de España por los años cincuenta, tal y como me contaba el gran Pepín Folliot. El concurso de saltos se celebraba mientras comíamos y terminaba sobre las tres, un poco antes de que repitieran el especial de Nochevieja de TVE, por entonces – Deo gratias- la única cadena que había en España y en el que no faltaban los chistes de Pajares, Esteso y, más adelante, la empanadilla de Martes y Trece. O tempora, o mores!

 



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