Hay
libros sobre los que nada se puede decir porque son ilimitados, porque, por mucho que se diga y se comente, nunca podremos llegar a su conocimiento; hay
libros que te marcan desde su arranque:
Nada
teme más el hombre que ser tocado por lo desconocido.
hasta su final:
Quien
quiera reducir el poder, debe mirar la orden de hito en hito sin temor y
encontrar los medios para despojarla de su aguijón.
Hay
libros que se anticipan a una época, que la profetizan, que avisan de los
peligros. Hay libros, como decía Manolo Cambronero, el librero de Margen, que
son como catedrales en cuyas naves nos paramos a reflexionar sobre la masa y
sobre el poder.
Hay
libros que tenemos que leer porque explican mejor el mundo que fue, que es y
que será; porque nos hacen comprendernos y comprender mejor, buceando en ese
pozo oscuro que es la psique del hombre.
Hay
libros que , si los políticos los leyeran , llevarían al mundo por otros
derroteros.
Hay
un libro maravilloso, al que recorre una corriente eléctrica de principio a fin
que se llama Masa y poder y que lo
escribió un judío sefardita que era búlgaro y que se llamó Elías Canetti.
Hay
un libro que yo os recomiendo que leáis si queréis ser más hombres y vacunaros
contra esa paranoia que es el poder, el mal poder, ese que proviene no de machen, “hacer” sino un apalabra del
gótico, magan, que significa “poder,
ser capaz”.
Hay
un libro que nos descubre por qué Hitler llegó a ser Hitler y Stalin, Stalin.
No
os perdáis este libro, por favor.
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