sábado, 29 de enero de 2022

¡ÁBATE LA VIRGEN! O EL MANDIL DE MI MADRE

 


Hay expresiones que se te quedan en lo más profundo del alma porque eran expresiones de una persona muy querida que se fue hace tiempo y, un buen día, al volverlas a escuchar en boca de otra persona, sientes un no sé qué que queda en el corazón. Así me pasó no hace mucho volviendo en el coche desde el trabajo olmedano con mi compañera de inglés Carmen Fernández que, en un momento dado, dijo: “¡Ábate la Virgen!” Y yo, al oír esas palabras, sentí a mi  madre tan cerca como cuando me agarraba a su mandil que siempre olía a la comida que estaba preparando con abuela Patro en aquella lumbre bilbaína de mi infancia. Se lo dije a Carmen y me dijo que era una expresión que usaba desde su infancia. Y le conté lo de mi madre.

         Ahí hubiera acabado la historia, pero para un filólogo no ha hecho más que empezar porque, nada llegar a casa, me puse a investigar sobre la expresión. Y lo que he encontrado os lo cuento.

         Lo primero es el verbo abarse, que bien en el DRAE y que significa; apartarse, quitarse del paso, dejar libre el camino. El verbo se usa tan sólo en infinitivo y en imperativo:

abarse

ábate

abaos

Y se puede poner en subjuntivo para dar órdenes tal y como hacemos habitualmente en castellano:

ábese (usted)

ábense (ustedes)

         Sin embargo, la expresión ábate fue experimentando una evolución léxica que le llevó a tomar un significado de asombro ante un hecho o una persona.  También, en algunas partes de León , tiene el sentido de ¡prepárate! Mi madre y creo que también mi abuela María lo usaban como expresión de sorpresa: ¡Ábate la Virgen con lo que sale ahora!

         Desde luego, es increíble la riqueza que tiene el castellano (y todas las lenguas) para que podamos expresar nuestros sentimientos.

 

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