Resulta
que Amós de Escalante firmaba con el pseudónimo de Juan García lo que me parece
convertir lo que parecía un pseudónimo en un nombre corriente. Cosas de la
vida. En el fin de agosto, he leído Costas
y Montañas (el primer tomo, el que abarca desde Castro Urdiales a la
capital) y sus Poesías completas,
pero no voy a decir ni Pamplona hasta que no me lea el prólogo de más de cien
páginas con el que don Marcelino Menéndez Pelayo abre sus poesías completas. Pues
este prólogo pasa por ser el mejor que se ha escrito sobre el escritor
cántabro. Hasta entonces, quedaos con este soneto que me gusta mucho:
Tú velas en la Cruz, donde clavado
te deja y vergonzoso y dolorido,
más que el odio de un pueblo fementido,
la pesadumbre inmensa del pecado.
Tú velas en la Cruz, y descuidado
duerme a tus pies mi espíritu rendido
en brazos del silencio y del olvido,
de un sueño en otro sueño transportado.
No sabe si hallará cuando despierte
los dolores y halagos de la vida
o el juicio y resistencia de la muerte.
Si tú, Señor, le compadeces, cuida
de hacerle amar tu hora, la de verte,
si esperada quizás, siempre temida.
te deja y vergonzoso y dolorido,
más que el odio de un pueblo fementido,
la pesadumbre inmensa del pecado.
Tú velas en la Cruz, y descuidado
duerme a tus pies mi espíritu rendido
en brazos del silencio y del olvido,
de un sueño en otro sueño transportado.
No sabe si hallará cuando despierte
los dolores y halagos de la vida
o el juicio y resistencia de la muerte.
Si tú, Señor, le compadeces, cuida
de hacerle amar tu hora, la de verte,
si esperada quizás, siempre temida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario