La audición de la Daphne de
Richard Strauss me ha ocupado algunas tardes de este mes de agosto. Tras
escucharla con agrado, con esa música que el maestro bávaro compuso, quisiera
referirme al libreto de Joseph Gregor que es en donde reside el elemento
mitológico del que os quisiera hablar pues, como bien me dijo en una ocasión
Vicente Cristóbal López refutando a don Antonio Ruiz de Elvira, en la música no se contiene la mitología sino que el elemento mitológico
hay que buscarlo en los libretos. Me
sorprende que Gregor cree una Daphne que está íntimamente unida al mundo
vegetal y que como hija de Gea , la diosa de la tierra, anhela, desde el
principio de la obra, el mundo de los árboles. Aparece también un Leucipo enamorado de Dafne que se llega a enfrentar
con Apolo mismo y que acaba muriendo. Sin embargo, no recoge el libretista lo
que sí que recogen Ruiz de Elvira y Grimal, cómo Leucipo se travistió en una
muchacha a la que obligan a desnudarse al haber infundido Apolo a Daphne y a
sus compañeras el deseo de bañarse,
según Partenio, en una fuente o, según Pausanias, en el río Ladón. Una vez descubierto el engaño, Leucipo
muere a lanzadas. Tampoco he encontrado el ambiente de fiesta báquica en el que
tiene lugar parte de la obra de Gregor en los manuales de Grimal o de don
Antonio. Como curiosidad final, decir que en Ávila, existe la tradición de que
una chica de Cardeñosa, bella en extremo y que era muy piadosa, yendo al
mercado para comprar, fue acosada por un
caballero y, ante este acoso, a la joven le salió una poblada barba que la
hizo pasar por un hombre ante las libidinosas miradas del mal caballero. Este
episodio lo estudió mi buena amiga abulense María Ángeles Valencia, ilustre
antropóloga. Como veis, casi un a Daphne en esa tierra singular de "santos
y cantos".
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