Constancio
Cloro, tetrarca romano, estaba casado con Helena. Tuvieron un hijo que se llamó
Constantino y que, con el tiempo, llegó a ser emperador de Roma. Helena se convirtió en cristiana e influyó en
su hijo para que, poco a poco, abrazara la fe de Cristo. Sin embargo,
Constantino no esperará una ocasión sencilla sino que la ocasión le vino del
cielo cuando en la batalla del puente Milvio contra Majencio, el 12 de octubre
del 312, vio un Crismón en el cielo en el que se leía este frase latina: IN HOC
SIGNO VINCES que dicho en griego era ", εν τούτῳ νίκα. Y Constantino venció y declaró la libertad
de cultos para alegría de su madre, la cristiana Helena. Esta es la primera
parte de la historia que os quería contar. Por cierto, y que nadie lo tome como
burla pues es cosa muy seria, había unos calzoncillos que mi madre me compraba
en los Almacenes Arias, más conocidos en Madrid como saldos Arias, aquellos que
ardieron aquel día de julio y en los que quedaron la vida varios bomberos de la
Villa, que tenían por lema IN HOC SIGNO VINCES. Nunca he sabido qué tenían que
ver unos calzoncillos con el Crismón de Constantino, pero si alguien me lo
puede explicar le quedaré muy agradecido.
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