Un
hombre, pese a su condición de parlamentario, está recluido en la Cárcel Modelo
de Madrid. Las autoridades (por llamarlas de alguna forma) ni se han preocupado
en juzgarlo. Por una presunta úlcera gástrica, esas mismas autoridades
consienten para que sea llevado a una clínica privada. Desde allí, disfrazado
de mujer, llega hasta la Legación de Holanda desde la que, disfrazado de
militar republicano, llega hasta Alicante en donde lo esperan su mujer y sus
hijos. Ahora, con el simulacro de que es
un marino argentino embarca en un torpedero y junto a su familia, consigue
llegar hasta Marsella. Allí se enterará de que sus hermanos, José y Fernando,
habían sido "sacados" de la cárcel de las Ventas y fusilado sine iudicio en la puerta del cementerio de Aravaca. Fue
una herida que no se le cerró en los ciento dos años que vivió. El barco que
llevó a ese hombre se llamaba el Torpedero Tucumán y era un destructor de
bandera argentina. El hombre, Ramón Serrano Súñer.
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