De
Rafael Montesinos había hablado en una entrada veraniega sobre un libro en
prosa que fue de ,lo mejor que leí durante el verano con esa escritura
emocionada y tersa con la que le poeta sevillano hablaba de su infancia que,
como todas, forma ese reino del que hemos perdido las llaves. Sin embargo, me
faltaba por leer esta antología de Carmelo Guillén Acosta y de José María
Delgado, publicada en Rialp en 2003. Montesinos es un poeta de honda
sensibilidad al cual llegué por “culpa” del grupo Cántico, esos cordobeses que escribían
como los ángeles barrocos de las iglesias andaluzas. Muy conocido en su tierra, - por estas tierras
del norte apenas lo es - duerme casi en
el olvido. De toda la antología os copio estos tres versitos, una copla
flamenca llena de embrujo y de verdad.
LE
TENGO DICHO A LA MUERTE
Le tengo dicho a la muerte
que se me acerque despacio,
que no me diga a qué viene.
Me
recuerda a esas canciones y poemas que puso en música Mayte Martín de ese gran
poeta malagueño que es Manuel Alcántara en su disco Al cantar a Manuel. Los andaluces
son muy dados a estas coplillas flamencas que te dejan el corazón en suspenso
como los buenos cantes de José el de la Tomasa o de Camarón.
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