domingo, 12 de octubre de 2014

EL CARABINERO DE IBARDIN



Eran los años cuarenta tan duros en España. Eran los años del hambre y del racionamiento. Eran los años de los ojos hundidos por la pena. Un guardia de fronteras del antiguo cuerpo de carabineros, que ese día estaba cumpliendo su servicio en Ibardin (Navarra), recibía un cargamento de wolframio, un mineral de gran importancia para la Alemania nazi pues era usado en  la aleación del acero y en las construcción de armas. Sobre la mesa del puesto de Ibardin, un fajo de billetes. El guardia ve en esos billetes la cara de su mujer y de su hija; ve su dignidad y su honradez y rechaza el dinero. Ese guardia, sobrio castellano de Boecillo que tenía en estima su honra al igual que sus antepasados,  se llamaba Luis Platón Villafruela y era mi abuelo.

 

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