De don Amós de Escalante ya llevo hablado aquí
bastante en este blog. Primero de sus versos (por cierto, aún me queda por leer
y comentar la fantástica introducción de don Marcelino Menéndez y Pelayo que
leeré en noviembre o diciembre) y luego sus Costas
y montañas, la que él consideraba su obra maestra. Le tocan ahora el turno
a unos cuentos , bocetos y cuadros que el santanderino fue publicando en la
prensa de la época y que nos dan idea de su
gran calidad literaria que elogiaba, por ejemplo, Pereda. Esta colección de
relatos breves la ha publicado la Universidad de Cantabria y es una
edición cuidada hasta en el papel que, si no me equivoco, es verjurado, pero en la que no faltan
erritas, perdón, erratas. Sin embargo, la editora María Luisa Pérez Bernardo,
que hace una espléndida introducción, no traduce bien del andaluz. Y así, por
ejemplo, Salao, cara de rosa, vengaste a
gastar media librita le dice una flamencona buñolera al gachó que pasa. Y
Pérez Bernardo lo “traduce” por “Salado, cara de rosa, viniste a gastar media
librita”. Y no, uno que se abaja desde la cátedra al pueblo, sabe que ahí la
buñolera está diciendo: Salao, cara de rosa, venga usted a gastar media librita
porque el vengaste de Escalante es
una fusión de venga + usted que suena más o menos vengasté en el andaluz de Sevilla que es el intenta copiar con su
oído norteño don Amós. Por cierto, que
aún estamos a tiempo para declarar al andaluz lengua cooficial en el Estado
español. ¡Ojú, la Macarena!
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