. Don Indalecio Prieto no era de Bilbao, pero
escribe de él y para él con tal cariño que es más del Botxo que los nacidos en
las Siete Calles. Don Indalecio se fue para Bilbao desde su Oviedo Natal con
muy pocos años y en Bilbao pasó su infancia entre otros niños tan txotxolos
(cosas de la edad) como él o más. Se hizo periodista y del PSOE y tuvo una
brillante carrera política con ideas tan refulgentes como los Nuevos
Ministerios o el túnel que pasa por debajo de Madrid desde Chamartín a Atocha y
que la prensa conservadora de la época, con muy poca visión de futuro, dio en llamar
el “túnel de la risa”. Don Indalecio fue un visionario, un adelantado a su
tiempo en las obras públicas y para su Bilbao soñó también numerosas obras
desde su exilio. Se me olvidaba decir que en 1933 fue él el que abrió la Casa
de Campo ( un parque de la Monarquía) a los madrileños, acción muy recordada
por mi abuela Patro. Fue ella la que me
contó una anécdota que no se me olvida: resulta que estaban en el Congreso de
los Diputados debatiendo sobre los presupuestos y el Ministro de Hacienda hizo
una cita sobre se confundió al citar el Evangelio y confundió el lavado de
manos de Pilatos con el lavatorio de pies de Jesús y don Indalecio que era del PSOE,
pero conocía la Historia Sagrada (eran otros tiempos) le dijo al Ministro en
cuestión:
“Su
señoría confunde dos episodios bíblicos: cuando Pilatos se lavó las manos y cuando Jesús lavó los pies a los apóstoles. Y he de decir
que comprendo su confusión, porque el presupuesto está hecho con los pies».
Genio y figura de don Indalecio.
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