Μετὰ
δὲ τρεῖς μῆνας ἀνήχθημεν ἐν πλοίω παρακεχειμακότι ἐν τῇ νήσῳ Ἀλεξανδρίνῳ, παρασήμῳ
Διοσκούροις.
Pues
ya veis, así nos cuenta San Lucas cómo él y San Pablo se encaminaron a Roma en
donde Pablo, como ciudadano romano que era y, por tanto, con derecho de
apelación al César, tenía que acudir. No vamos a entrar en este aspecto del
texto de los Hechos de los Apóstoles, sino en esas dos palabras que lo cierran:
παρασήμῳ Διοσκούροις. Es decir, “marcado con los Dióscuros”, de forma literal,
pero que podemos traducir como “que llevaba en el mascarón a los Dióscuros”.
¿Qué hacían Lucas y Pablo en un barco que llevaba en el mascarón de proa unas divinidades
paganas? ¿No podían haber elegido un barco “más cristiano”?
Me informo de los que más saben y dice
don Antonio Piñero, quizás el estudioso
que mejor conoce la lengua de los Evangelios y sus realia , que los Dióscuros ( los muchachos de Zeus, literalmente en
griego, puesto que hijos eran de Leda y del padre de los dioses y de los
hombres) eran los protectores de la navegación y que tenían su epifanía, es
decir, su revelación o demostración en la constelación de Géminis y en el fuego
de San Telmo, ese fenómeno atmosférico que aparece en el palo mayor de las
naves y que recibe el nombre ( ya escribimos una entrada sobre esto) del santo
palentino nacido en Frómista y que tanto me llamaba la atención cuando de
adolescente pasaba con mis padres camino de la montaña palentina.
Así que Pablo y Lucas embarcaron en una
nave que tenía pintados en su mascaron algo absolutamente habitual entre los
barcos de la época: a los Dióscuros.
Espero que os haya gustado esta
curiosidad de los Hechos de los Apóstoles y veáis así que la Cultura Clásica
aparece en todos los lugares por donde
una persona culta puede (y debe) transitar.
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