Y
vamos a por la “bomba” informativa que me he estado reservando para el final:
Baltasar no era negro. Sí, sí, como lo oís. Basta con fijarse en el mosaico que
decora de nuevo esta entrada para darse cuenta: Baltasar es blanco. ¿Cómo es
esto posible? Pues tiene su explicación.
Benedicto XVI dice en su libro La infancia de Jesús: “La promesa
contenida en estos textos (Salmo 72:10 e Isaías 60) extiende la proveniencia de
estos hombres hasta el extremo Occidente (Tartessos en España), pero la
tradición ha desarrollado ulteriormente este anuncio de la universalidad de los
reinos de aquellos soberanos, interpretándolos
como reyes de los tres continentes entonces conocidos: África, Asia y
Europa”. Hasta ahí Benedicto XVI y ahora la explicación a la tez negra de
Baltasar: puesto que a este rey se le asignó África y este continente estaba (y
está) poblado en su mayoría por negros, se le asignó este color de piel al rey
que venía de África. Pero esto ya ocurrió después del siglo VI que es cuando se
hizo esa joya de la musivaria que es el mosaico de Rávena.
Os he señalado a
Baltasar con un trazo azul en el mosaico para que vosotros mismos podáis comprobar
que, por el siglo VI, era blanco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario