Ver
ponerse el sol en Sanlúcar de Barrameda es una de las experiencias estéticas
más hermosas que un viajero puede tener si viaja por Andalucía. Si a esto le
añade unos langostinos y un buen vino, puede tocar ya el Olimpo. Y, si además oye
a José el de la Tomasa, que habría bajado con su barquito desde Triana, echándose unos cantes con la guitarra de Pedro Peña, hijo de María
la Perrata y hermano de aquel gran cantaor que fue Juan Peña “El Lebrijano”, ya
está sentando con los inmortales bebiendo, no vino de la tierra, sino la mismísima
ambrosía con la que los dioses griegos se alimentaban. Pero vamos al tema y
dejemos tan barroca introducción llena de mar, cante y langostinos sanluqueños.
Plinio el Viejo ( no me lo confundáis
con el Guardia Municipal de Tomelloso (GMT) en las novelas de Francisco García
Pavón) habla de una ciudad llamada Eboúra; también Pomponio Mela habla de esta
ciudad y los dos escritores romanos dicen que había cerca un templo dedicado a
Phosphorós, es decir, “el que lleva la luz” para los griegos y Lucifer
(absteneos, satanistas, porque no vamos por ahí) para los latinos que no es
otro que el planeta Venus al que los navegantes veneraban en numerosos templos.
Los romanos llamaron también a ese santuario Lux Divina cuya traducción es
obvia hasta para un alumno de la LOMLOE. Y de Santa Luz, dice don Antonio,
vendría Sanlúcar. Lo de Barrameda viene por el lugar en donde se asienta el
puerto de esta localidad gaditana que, en tiempos, estuvo separado de la población,
pero unido por el conocido como camino
de Barrameda.
Otras etimologías posibles serían:
-
Del árabe shaluqa (que Mahoma me perdone si lo he copiado mal) que es como
los árabes llaman al viento de Levante. pero resulta que, de toda la provincia
de Cádiz, donde menos sopla el Levante es en Sanlúcar.
-
Puede provenir del latín sub lucus, es
decir, “bajo el bosque” o “al otro lado
del bosque”.
-
Puede provenir, por último, de sanctus
locus, es decir, lugar santo, con lo que estaríamos cerca del santa lux de García Bellido.
Sea
como sea, vamos a tomarnos los langostinos y este vinillo de Jerez y luego,
después de una siesta o yoga español, seguimos hablando de las etimologías.
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