lunes, 25 de julio de 2016

ELVIRA DAUDET



Elvira Daudet es periodista de profesión y poeta de vocación. Al leer sus poemas, he recordado aquella anécdota, quizás con toda seguridad apócrifa, de un circunspecto profesor de Oxford que, tras explicar una oda de Horacio a sus alumnos, les dijo: “perdonen ustedes si me he emocionado”. Pues eso mismo os digo: os pido perdón si, leyendo a Elvira Daudet, me he emocionado con unos poemas que son como ella misma define a la poesía “la comunión de las emociones a través de las palabras”. Buena poesía la de esta poeta conquense que afirma sin dudarlo: “en este país, cualquier memo escribe poesía”. Tomo nota por la parte que me toca.

Amor, eterno eres, como juré,
juramos, aquel día, al principio
del mundo y la catástrofe,
cuando, ¡oh prodigio!, tú me renaciste
y me gané en la cifra de fuego de sus labios
la herida de mí misma, mi nuevo ser,
desesperadamente puro y libre,
encadenado a ti ya para siempre.


Qué importa que su sellado corazón
me niegue lo que implora
de otro corazón desconocido,
que sus ávidos labios busquen ángulos nuevos,
sedientos de otros zumos y otros labios,
que su cuerpo no sea ya la ardiente
prolongación del mío,

si aquí estás tú, dolor, su último rostro,
pesando sobre mí como él desnudo,
forma esencial de mí, tuétano mío,
la más fiel, la más larga compañía.
Dolor que hace mi amor irrevocable,
eterno, como juré, juramos, aquel día.

 

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