Julio Vías Alonso ha escrito un gran libro sobre la
Sierra de Guadarrama; un libro que nos cuenta la historia cultural del
Guadarrama; un libro necesario porque mucho se había escrito de lo deportivo y
de las ciencias naturales, pero poco, a mi modo de ver, sobre lo que el Guadarrama ha
significado en la historia de la cultura en España. En su artículo, en que refleja la belleza de
una puesta de sol desde Cuerda Larga, Constancio Bernaldo de Quirós, “da el
tono” para que le sigan Azorín o Unamuno, es decir, como bien dice Julio Vías,
Bernaldo de Quirós les presta su visión del paisaje a los de la Generación del
98. Y no sólo esto porque en el libro se nos habla de los profesores y alumnos
de la Institución Libre de Enseñanza en sus estancias en el Paular, por aquel
entonces abandonado; de los pioneros de la botánica; de los neveros, aquellas gentes que llevaban
hasta Madrid la nieve de los neveros serranos; de los entomólogos buscando mariposas y diversos insectos por la Laguna de Peñalara. De los geógrafos y
geólogos que recorrían la Sierra soñando con una España mejor. Me parece este
libro de Julio Vías un gran libro, imprescindible para el que sepa que el
Guadarrama es algo más que esas montañas que se ven desde Madrid e imprescindible
también para el que no sepa ni siquiera que existen. Hacía falta un libro como
éste en la ya larga bibliografía sobre el Guadarrama. Si estuviera abierto
todavía el Albergue de La Fuenfría, en la pradera de los Corralillos, sería el
lugar ideal para leerlo mientras el viento fresco de la puerto acariciaba las
hojas del haya e Iván, aquel perro noble, dormía en lo alto de la pradera
aguardando la noche que bajaba desde el collado de Marichiva. ¡Gracias a su
autor por tan buen libro y felicidades!
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