Néstor Luján era gordo y digo
gordo porque no me apetece usar el eufemismo obeso: cada uno tiene que asumir
sus defectos y, como en mi caso, también estoy gordo no por gusto sino por
efectos secundarios de la vida, puedo llamar gordo a quien me plazca. Néstor
Luján era gastrónomo y los gastrónomos de antes tenían vientres orondos
alimentados por las buenas comidas; en la actualidad, los gastrónomos, gracias
al minimalismo, están más flacos que el galgo de Lucas y algo atontados de
tanto nitrógeno en los postres. Néstor Luján era un gordo y disfrutaba de serlo
como le ocurría a mi señor don Álvaro Cunqueiro, que no se perdía ningún evento
gastronómico en su reino de Galicia, a don Edgar Nevillae o al conde de Foxá
que en una ocasión le dijo a un periodista: “Fumo puros, estoy gordo y soy conde:
¡Cómo no voy a ser de derechas!” Néstor Luján estaba gordo y su cara me ha
recordado siempre a un pez extraño del litoral de su Cataluña natal, esa
Cataluña en donde escribir en castellano y en catalán no era pecado. Néstor
Luján dirigió la revista Destino, ésa que se cargó Pujol porque la sensibilidad
literaria está reñida con las cuentas en Andorra (¿O no?). Néstor Luján
escribió una novela sobre ese personaje que hoy, de haber vivido, ocuparía los
programas del corazón, el señor conde de Villamediana y, en esa novela, nos habla de las posibles siete muertes
pagadas que sufrió el conde. El crimen del Conde, el crimen del impulso
soberano, llenó de comentarios los mentideros de la Villa y Corte como casi
cuatro siglos después lo llenaría el crimen de los marqueses de Urquijo. La
novela de Néstor Luján, el hombre gordo con cara de pez, está muy planteada y
se la escribió ( o mejor dicho, tal y como él confiesa, la dictó a un
magnetófono, como aquél que tenía mi abuelo Julio para cantar sus fandangos, en unas vacaciones) el estar gordo no embota
las meninges y, como las novelas se escriben con el culo ( quiero decir que hay
que pasar muchas horas sentado para terminarlas) el tener buenas posaderas
ayuda mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario