Estábase un frailecico en Olmedo rezando sus
oraciones cuando recibió la nueva de que se tenía que incorporar a la
expedición que, a las órdenes de Diego
Velázquez, iba camino de América. Aquel
frailecico sintió que sus anhelos aventureros y apostólicos se veían colmados
con esta empresa y partió sin dudarlo hacia aquellas lejanas tierras. El 25 de
marzo de 1519, llegaba la expedición de Diego Velázquez, homónimo del pintor
sevillano, a Tabasco y el olmedano no tardó ni un momento en ponerse a evangelizar
a los indios. Entre estos indios estaba doña Marina y, para estos indios,
ofició misa, la primera misa en Nueva España. El frailuco, además de su pasión
evangelizadora, era un hábil consejero y le aconsejó a Cortés, a quien había
conocido al llegar a la ciudad de México, que quemara sus naves. Pero lo más
grande de Fray Bartolomé de Olmedo, Bartolomé de Ochaita en el siglo, fue que
hizo una grandísima labor de apostolado con el mismísimo Moctezuma que no quiso
abandonar la fe de sus padres pues “ muchos bienes le había reportado” según
cuenta Francisco Romero, canónigo
magistral – como don Fermín de Pas, el magistral de Las Regenta-, de la Santa
Iglesia Catedral de Zamora en su folleto, Fray
Bartolomé de Olmedo, de la tierra y del cielo, publicado por la Diputación
de Valladolid en 1959. Y así, aunque el olmedano puso todo su saber, su amor y
su buen decir, Moctezuma murió sin abrazar la fe católica pese a los esfuerzos
del fraile mercedario. Misterios de Dios. Fray Bartolomé, cada vez más querido por los
mexicanos, murió en aquellas tierras de la Nueva España y su pueblo le dedicó,
en 1959, una estatua que se puede ver en Olmedo. Su importancia como consejero
de Cortés y hábil diplomático amén de su capacidad de apostolado le tendría que
haber dado un puesto más relevante en la historia que, en ocasiones, con
algunos personajes, más que madre es madrastra. Que esta humilde página de blog
sirva, al menos, para hacerlo un poco más conocido.
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