Hay
libros en que un suceso de la naturaleza parece reflejar la pasión de los
humanos como, en ocasiones, los fallos de las máquinas se producen (sirva de
ejemplo el ordenador con el que escribo) porque reciben la mala energía de sus
usuarios y su funcionamiento comparte las mismas alteraciones que su amo y
señor. En la inundación de Yevgueni Zamiatin,
el desbordamiento del Neva - y la consiguiente inundación de San Petersburgo-, parece un reflejo del desbordamiento pasional
de los personajes. Un matrimonio sin hijos, una criada que entra por misericordia
en la casa, unos celos y un crimen. Y luego la culpa, la culpa que, desbordada
como el Neva, va ahogando a la esposa hasta que, de manera muy parecida al
libro de Zweig de una entrada anterior, siente la necesidad de confesar su
“pecado” para así poder vivir. Zamiatin no es un escritor muy conocido por
estos pagos, pero este libro es de una categoría excepcional. Por lo muchos
títulos que tiene en su producción y por el buen aspecto que ofrecen sus
sinopsis, habrá que ir pensando en leer algún otro libro suyo.
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