lunes, 30 de julio de 2018

OTRA VEZ A VUELTAS CON CANETTI


Estoy dedicando este verano a la lectura de la autobiografía de Elías Canetti que el búlgaro publicó en tres tomos: La lengua absuelta, La antorcha al oído y El juego de ojos. Es tanto lo que cuenta Canetti que cualquier intento reduccionista está condenado al fracaso, pero en los dos tomos que he leído, Canetti nos va pintando un fresco de las varias ciudades en las que vivió y de las muchas gentes que conoció. En el primero, desde su niñez en aquella ciudad búlgara en la que nació hasta el Zúrich que fue su paraíso pasando por Viena o Manchester. En el segundo, quiero parar mientes en esa presencia de Karl Kraus del que Canetti conocía sus obras de memoria y del que no se perdía nunca una conferencia. Es más, en una de estas conferencias, conoció a Veza, la que llegaría a ser su mujer. También me paro en el dibujo un tanto agrio que hace de Brecht y en ese muchacho paralítico que estudiaba filosofía en Viena. Nos cuenta también cómo se le ocurrió fe Auto dee  primero al ir trabajando sonbre personajes que él iba apuntando y, sobre todo, cuando vio arder el Tribunal de Justicia de Viena y un hombre decía: ¡Que salven los archivos! Me reservo para agosto El juego de ojos y, hasta ese momento lo dejo en suspenso para contaros cómo me ha ido con él.


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