Pues
resulta que los Cañete, que procedían de la ciudad conquense de Cañete, fueron
expulsados de Sefarad en 1492 y, como tantos sefarditas, se marcharon a
Turquía. En tierras del sultán, ejercieron profesiones “liberales” como la de
médico, financiero o abogado. Con el tiempo, los Cañete decidieron cambiarse el
apellido conquense por el italianizante Canetti porque había muchos mercaderes
italianos en Turquía y esa forma en italiano sonaba mejor y era más comercial.
Los Canetti se establecieron en Edurne, pero, desde allí, al cabo de los años, se trasladaron a Ruse, en Bulgaria, en donde
un Canetti conoció a una Arditti y se casaron. De ese matrimonio nacieron tres
hermanos: Elías, Georges y Jacques. Del primero, os llevo hablando varios
meses; de los otros dos, os hablaré en otras entradas.
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