miércoles, 31 de octubre de 2018

EL CONCIERTO DE VIOLÍN DE ALBAN BERG Y SU SENTIDO NUMEROLÓGICO




Últimamente me ha dado por las ciencias ocultas así que no  me pierdo a Íker Jiménez y su Cuarto Milenio. Esto ya me viene de lejos, de cuando veía en el UHF al doctor Jiménez del Oso que llegó a convencerme tanto de la existencia de los OVNIS que salía al campo con una libreta para anotar los avistamientos. También me leí El triángulo de las Bermudas y me acongojaba pensando en que mi tía Gloria, camino de Venezuela, pasaba dos veces por tan singular lugar del que hace muchos años que nada se dice. Todo esto viene porque me ha dado ahora por buscar el significado numerológico del Concierto para violín de Alban Berg. Parece ser que hay en esta partitura tres números mágicos:

  • El 23, que fue su número fatídico. Y la verdad lo era porque un día 23 de diciembre dijo: “Hoy será un día decisivo”. Y lo fue pues moría a poco de la medianoche cuando ya era día 24.
  • El 10. Simbolizaba a Na Hannah Fuchs-Robettin, mujer con la que tuvo una aventura secreta los diez últimos años de su vida.
  • El 28 del que carecemos de de explicación, pero al que temía mucho el bueno de don Alban.

Y es que la vida de Berg estuvo dominada por tres mujeres:

  • La primera fue María Scheuchi (Mizzi) con la que tuvo una hija que nació en 1902 y a la que Berg nunca reconoció. Como no pudo ser padre con la hija de Mizzi, lo quiso ser con la hija de Alma Mahler y Walter Gropius, Manón Gropius, a la que quiso como una hija y a la que dedicó, cuando la joven falleció, el Concierto para violín que ahora nos ocupa. Este concierto sirvió de Réquiem para la joven Manón y de Réquiem para el propio Berg que murió en la medianoche del día 24. Su concierto se estrenaría en el Palau de la Música de Barcelona, un 19 de abril de 1936.
  • La segunda su santa esposa
  • Y la tercera la ya mencionada Na Hannah Fuchs-Robettin.
                                                                                   
    Os seguiría contando más cosas del concierto, pero acaba de empezar Cuarto Milenio y no quisiera perdérmelo por nada del mundo. Cosas de la edad madura.

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