Austerlitz
es una estación de París en la que un hombre que lucha por reconstruir y
revivir su pasado “ve” a su padre marcharse a los Pirineos huyendo de los
nazis. Ese hombre que lucha, buscando a sus padres, una actriz por recuperar su
identidad se llama también Austerlitz como la población morava en la que
Napoleón protagonizó esa batalla que como la de Gaugamela, ha pasado a los anales
de la estrategia militar. Este hombre, que se cría en Gales, recorre un largo camino
buscando a sus padres y esa búsqueda en su pasado es, en definitiva, un viaje
al interior de nosotros mismos. Austerlitz además de ser una batalla, una
estación y una población moldava, es también una fantástica novela de Sebald,
el gran escritor bávaro, que nos va “enganchando” en esta búsqueda de la
identidad porque, como decía antes, este viaje al pasado es el viaje que todo
hombre realiza en su vida para buscar sus raíces. En esta sociedad globalizada
se cortan las raíces de los hombres para manipularlos mejor; un hombre sin
raíces está más dispuesto a cumplir las órdenes que brotan de la mentira y del
engaño. Por eso el ejercicio de Austerlitz es un sano ejercicio para cada uno
de nosotros. Si podéis, no os la perdáis.
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