Hay
novelas que llenan todo un verano y, tras leer Estío de Edith Wharton, queda una sensación de plenitud, de haber
pasado las horas con una maravillosa novela en donde se trata del desamparo en
el que vive Charity en la aburrida ciudad de North Dormer en Nueva Inglaterra.
La muchacha, que nació en una zona muy pobre a la que llaman La Montaña, fue
recogida por el señor Royall, un abogado viudo. A este mundo aburrido viene Lucius
Herney, un abogado arquitecto que vienen a hacer un estudio sobre las casas
coloniales y que le lleva a Charity todo un mundo nuevo. Con él pasa las fiestas
del 4 de julio en Nettleton y pasea en barca por un lago. Sin embargo, se tiene
que marchar y la deja con la promesa de que volverá a rescatarla de ese mundo
aburrido, esclerotizado por el provincianismo más cruel. No sigo contando lo
que ocurre, pero la chica se siente desprotegida y toma una decisión ( o se
deja llevar hacia esa decisión no por voluntad propia, sino por simple deseo de
seguridad, de que el mundo no se le borre y la tierra no se retire de sus pies).
Gran novela que me ha llenado junto con las dos novelas ya comentadas de
Dostoievski este mes de julio con noches frescas que nos ha regalado el año
2017. ¡Qué bien escriben las norteamericanas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario