Ayer, publicaba en este blog un artículo sobre la
zanfoña (en castellano) y zanfona en gallego. Seguro que alguien hubo por esos
mundo que echó en falta a Faustino Santalices sin saber que, para tan ilustre
maestro, le tenía reservada esta entrada para él solito.
Nació don Faustino en Bande, Orense, un
16 de noviembre de 1877. Estudió Derecho en Santiago en donde conoció al gran
poeta gallego Ramón Cabanillas y después trabajó en el Ministerio de la
Gobernación y en la Gobierno Civil de Orense. Pero, ¿por esto merece la pena
que don Faustino tenga su entrada? Pues no; si don Faustino viene a este
humilde blog es porque un día “escoitoulle tocar a zanfona
a un cego cando neno e ficou prendado dela”.
Ya en Santiago, fue cuando Faustino
entró en contacto con Casto Sampedro, el ilustre folklorista, y también cuando
comenzó a grabar discos que lo llevarían a recorrer los teatros de España
entera. Santalices fue también gaiteiro y buen cantante, pero, sobre todo, fue
el hombre que rescató a la zanfona de una muerte segura pues, a finales del
siglo XIX, era un instrumento casi extinto. La grabación de 1949 tuve la
fortuna de comprarla en una cassette de la casa Columbia y la oí hasta que se
rompió. Luego, ya andando el tiempo, compré esa grabación CD que sigo
disfrutando. Si Platón decía que nadie que no sepa geometría entrara en su
academia, yo diría que nadie que no haya escuchado nunca a Faustino Santalices
tenga el atrevimiento de poner sus manos en una zanfona.
Os dejo con
CAMIÑA DON SANCHO
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