lunes, 12 de marzo de 2018

UN SONETO A CARLOS CANO





Un poco antes o por ahí, conocí a Carlos Cano en aquel programa de Radio España que se dedicaba al Folk y que se llamaba Leña. Oí la voz de Cano interpretando al Salustiano y luego vivieron muchas más canciones, todas de exquisito gusto y alejadas folklorismo barato y del flamenquito que impera en nuestros días. Sentí su muerte y lo sigo escuchando mucho porque su sensibilidad en las letras y en la música me es un referente.
A Carlos Cano le he dedicado ha poco este soneto:

CARLOS CANO

Rafael de León y el Salustiano;
un fado que, sin rumbo, anda perdido.
Miguel que entre rosas se ha dormido,
La Tani con su garbo tan gitano.

Antonio, con su vara de la mano,
por fandangos a Gerald le ha seguido.
La Lirio con duquelas, sin sentido,
llenando de claveles el verano.

Se pirra Chamberí por sevillanas;
 loca está la monja en su alacena
rezando su oración por colombianas.

y un poeta en Granada ríe su pena
con un fondo de nieves y campanas,
con un aire embriagado en hierbabuena.





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