Para mí, Rilke han sido siempre sus libros de
poemas: los Sonetos a Orfeo, las Elegías de Duino o el Libro de las Imágenes por citar unos
pocos. Pero, tras leer una pequeña antología sobre el amor que publicó en su
día Alianza Editorial, he descubierto ( y lo digo sin vergüenza y sí con la
satisfacción de haber hecho un descubrimiento) el Rilke del relato corto, del
cuento. En un volumen muy cuidado publicado por Alba, se han reunido una colección de cuentos
verdaderamente prodigiosa. Cierto es que
tenemos de él, en prosa, Los
Cuadernos de Malte Laurids Brigge, pero confieso que, cuando
los leí no me llegaron tanto como estos cuentos fantásticos (en el doble
sentido), llenos de la fuerza de la poesía de Rilke, rebosantes de buena
literatura. Un verdadero hallazgo el de este mes de marzo al que le quedan tan
sólo cuatro días. Que todas las lecturas que haga en esta primavera que
comienza sean tan fructíferas y tan provechosas y tan satisfactorias como ésta
de Rilke.
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