La
palabra jamón proviene del diminutivo de “jambe”, “jambon”, que es la palabra francesa para designar
nuestra pierna y cuyo origen hay que
buscarlo en el latín vulgar camba
(sí, como don Julio Camba, el gran escritor pontevedrés) que significaba “
pierna de las caballerías” y, también a su vez, viene esta palabra latina del
griego καμπή que significa “curvatura”. Los latinos se dieron cuenta de la
curvatura de la pierna, que no es perfectamente recta y aún menos las patas de
las caballerías, y adoptaron esa palabra para las patas de sus caballerías
dejando perna, -ae, para los humanos de
donde viene nuestra pierna pero también
el pernil de cerdo sin ir más lejos. Pero la cosa no queda aquí pues
tenemos las jambas de la puerta que tienen también el mismo origen y es cosa
lógica pues ¿qué son las jambas sino las “piernas” que soportan el dintel de la
puerta? Ya veis de qué manera llegamos a descubrir que el jamón y la puerta
están emparentados. Cosas de la lengua.
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