Como
parece que os han gustado las etimologías, vamos a ir con la de queso que, en
castellano al menos, es muy clara pues proviene de caseus, -i, la forma de
decir queso en latín. De caseus tenemos
caseína que es una proteína de la leche
(los acabados en –ina nos remiten a sustancias químicas). Sin embargo, hay un “problema”
en francés y en italiano en donde dicen, respectivamente, fromage y formaggio.
¿Por qué se dice de esta manera cuando, como en el chiste del genial cómico
catalán Eugenio, se ve tan claramente que es queso? Porque franceses e
italianos atienden para nombrar al queso a una de las etapas de su proceso de
elaboración que consiste en meterlo en moldes o formas y de “forma”, tenemos
ambas palabras. Ya veis cómo son las cosas en ese maravilloso mundo que es la
lengua.
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