lunes, 22 de junio de 2015

ALICE MUNRO



Que Alice Munro escribe bien es algo que no es necesario que tenga que descubrirlo: como el valor en las cartillas militares tras una acción de guerra, es algo confirmado. Pero os voy a contar una historia desde el principio y despacito.
         Recuerdo que una mañana de junio de hace dos años, en un paseo y visita a  Margen, mi buen amigo, tantas veces citado en este blog, Manolo Cambronero, me hablo de Alice Munro y me la recomendó vivamente. Le hice caso, como siempre, y compré un libro de relatos que lo he tenido durmiendo casi dos años. No lo leía porque se me fueron metiendo  otros libros y porque el hecho de que le concedieran el Nobel también me hacía posponerlo para alejarme de cualquier perturbación que modificara mi lectura. Ahora, cuando con el devenir de las noticias nadie conoce a Alice Munro, he leído el tomito que me recomendó Manolo. Y la verdad, aun no siendo lo que cuenta fruta de mi gusto, reconozco su buen hacer literario. Os recomiendo e último cuento que bucea en la relación en una residencia de ancianos. No tiene desperdicio. Tampoco los otros que están narrados con gran maestría. Y es que los americanos del norte, léase canadienses y  estadounidenses, tienen un escribir bonito. Saben narrar y hacen de la lectura un suave placer, una aventura en la que el lector también participa. Gracias, Manolo.

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