De los
carteles de mi infancia marinense, recuerdo algunos que siguen ahí tras el paso
de los años. Ya os iré hablando de ellos porque reflejan una cultura a la que
recuerdo y aprecio mucho. Pues veréis, en un cartel que había en la entrada de
Marín pola carretera vella, había un
lema que decía: NON CHE HAI TERRA COMA ELA.
Estaba claro lo que decía y para el que no entienda el gallego creo que
también: es una alabanza típica a un lugar diciendo que no hay tierra como esa
tierra. Es decir, ese amor perdonable a la patria chica aunque los galpones de
don Ceferino Nogueira taparan en aquellos años el mar de Marín y, desde la
alameda, no se sabía si estabas en Marín, tierra de marineros, o en Lalín, allá
en el centro montañoso de la provincia. Ahora, al cabo de los años, me he dado
cuenta de que no es tan sencilla la expresión y que merece un comentario que le
hubiera gustado a don Antonio Ruiz de Elvira.
En primer lugar hay que decir que el texto en cuestión
pertenece a la Folíada de Marín, del
marinense Francisco Landín Pazos, del que, si puedo, en este largo verano que
ya empieza a campear, le dedicaré una entrada.
El segundo lugar, tengo que decir algo de ese CHE que es el
pronombre de segunda persona en complemento indirecto o, como decimos los
latinos, en dativo singular (tibi). Y
hay que decir algo porque este dativo es un tanto especial, y así, según
Lisardo Rubio, es el dativo más puro pues refleja mejor que ninguno el que recibe el beneficio o el daño
de la acción verbal. En Bassols, el dativo que cumple la función del CHE en
nuestra copla de foliada, es el dativus
ethicus, es decir, ese dativo que, como ya hemos dicho unas líneas más
arriba, representa con más propiedad que ninguno la persona que recibe el daño
o el provecho de la acción verbal. Lo vemos en una oración muy corriente entre
madres y padres:
Mi niño no me come
El me no es el complemento
directo de comer porque el niño no se come a los padres, sino que es el dativo
ético porque está señalando la persona que recibe el beneficio, pero más la
persona que está profundamente interesada en la acción del verbo.
En fin, ya lo dejo. Para que
no digáis que no da de sí un cartel na
carreteira vella de Marín.
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