Aunque
estamos terminando mayo y don Josep salía a hacer su viaje a pie en septiembre,
cuando el calor del verano ya iba en declive, me he puesto mi boina y me he marchado
con Pla para darnos un viajecillo por el Ampurdán. Sabido es que Pla viajaba a
pie o en autobús y que recorría los pueblos gerundenses por carreteras y
caminos por los que se encontraba a representantes del comercio o a legos que
iban pidiendo para el convento. Hoy nos hemos llegado hasta una masía en donde Pla
me ha hablado de la vida de los payeses y de cómo es su postura ante la vida en
la que destaca, casi siempre, su desconfianza. Pla era un payés, pero que no
cultivaba el campo. Ocupaba la masía familiar de Llofriu, cerca de Palafrugell,
y en ella escribía y escribía y escribía. Me ha gustado este viaje a pie con
usted, señor Pla. Tenemos que quedar de nuevo, cuando usted pueda, para hacernos otro viajecillo, ya sea por tierra o por mar, como aquel que
hicimos hace cosa de un mes y en el que nos llegamos hasta tierras de Francia.
Siempre es un placer viajar con usted porque es un usted, como solía decir de
sus amigos, un gran tipo.
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