Llevaba ya mucho tiempo buscando el tono para un poema sobre
los negros, sobre la barbarie que fue arrancarle de sus tierras de África para
llevarlos, como animales o peor aún como objetos, a las tierras de América y de
Europa. Era difícil encontrar algo que me diera la “inspiración” y creo que lo
he encontrado en ese género que tanto me
gusta que es el espiritual o goodspel. Este es el poema que he escrito en parte
con fragmentos de espirituales, en parte con versos de cosecha propia. Lo
publico con miedo y os pido vuestra opinión. Me resulta muy importante para
seguir o no seguir con el libro. Gracias, amigos.
NEGRO SPIRITUALS
Me siento, a veces, Señor,
como un niño sin madre,
hacinado en este barco de
muerte
a donde la mano del blanco me
trajo.
Nadie sabe, Señor, el
tormento que me abate,
que me arroja por tierra como
piltrafa para los puercos.
¡Desciende, Moisés, libera a
tu pueblo!
Nadie conoce mi pena salvo
tú, Jesús, que me salvas,
que viste la mano asesina que
me arrancó de la selva.
Pero muy pronto una hermosa
mañana, la muerte
me romperá las cadenas,
abrirá los grilletes
y sonarán las campanas con la
alegría del cielo.
¡Cabalga, Rey Jesús! Sobre mí
ningún hombre
ejercerá su poder con la
furia del látigo.
Cabalga, Rey Jesús,! He visto
tu blanco caballo
cruzando el Jordán; he visto
tu blanco caballo,
Señor, y ningún hombre
mancillará la noche en mi carne.
¡Bendito Señor! Cógeme de la
mano
cuando me encuentre perdido
en las tinieblas,
cuando el amo me venda o me
compre;
he viajado por el umbrío
valle de la muerte
y he visto, como Ezequiel,
las resecas osamentas
y, como él, he gritado con
esperanza:
ahora escuchad a palabra de
Yavé que nos salva.
Señor, llévame hacia tu luz
ahora que ya me hundo en el
camino.
Porque, yo sé, Señor, que un
día
dejaré ante tus puertas mi
pesada carga;
que serán una mañana radiante
y hermosa
cuando Pedro haga sonar las
campanas
y nos sentemos contigo en la
mesa
que desde antiguo nos tienes
preparada.
Y también sé que esta alegría
por nadie ni nada nos será
arrebatada.
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