Esto ya parece vicio, pero es que no sólo Franco pintaba,
como expliqué en otra entrada sino que también Carrero Blanco, el santoñés de
pro, dibujaba en los Consejos de Ministros que deben de ser como un claustro de
profesores, pero a lo bestia. Don Luis, cansado quizás de los temas del
Consejo, se ponía a dibujar con el bolígrafo en la hoja timbrada del Gobierno
y, la verdad, no se le daba tan mal. Viendo uno estas cosas, no cabe sino preguntarse
por qué no cursaron Bellas Artes y se dedicaron a la pintura. A lo mejor, la
historia de España hubiera sido otra…
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