Dedicado a don Antonio
Ruiz de Elvira
Pues resulta que esta entrada ha venido
por el Evangelio del domingo día 20 en que se nos habla de la mujer cananea y
de cómo Jesús le dice que no está bien dar a los perritos la comida de los
hijos y cómo la mujer le responde que también los perritos comen de la mesa de
los amos las migajas que se caen. Y viene a cuento porque esta traducción es la
nueva que se usa en las lecturas. Vamos a ver cómo aparece en el texto griego
del Evangelio de Mateo:
ὁ δὲ ἀποκριθεὶς εἶπεν, Οὐκ ἔστιν καλὸν λαβεῖν τὸν ἄρτον τῶν τέκνων
καὶ βαλεῖν τοῖς κυναρίοις.
ἡ δὲ εἶπεν, Ναί, κύριε, καὶ γὰρ τὰ κυνάρια ἐσθίει ἀπὸ τῶν ψιχίων τῶν πιπτόντων ἀπὸ τῆς τραπέζης τῶν
κυρίων αὐτῶν.
28 τότε ἀποκριθεὶς ὁ Ἰησοῦς εἶπεν αὐτῇ, Ὦ γύναι, μεγάλη σου ἡ πίστις· γενηθήτω σοι ὡς θέλεις. καὶ ἰάθη ἡ θυγάτηρ αὐτῆς ἀπὸ τῆς ὥρας ἐκείνης.
28 τότε ἀποκριθεὶς ὁ Ἰησοῦς εἶπεν αὐτῇ, Ὦ γύναι, μεγάλη σου ἡ πίστις· γενηθήτω σοι ὡς θέλεις. καὶ ἰάθη ἡ θυγάτηρ αὐτῆς ἀπὸ τῆς ὥρας ἐκείνης.
Vemos que, tanto Jesús como la mujer, usan la palabra kynarion que se traduce al castellano
como “perrito”. Sin embargo, en la traducción de la Vulgata encontramos canis, para el primero, y catellus,
“perrito” para el segundo.
No puedo decir el porqué de esta
variación en la vulgata, pero ya veis que el texto de San Mateo es muy claro al
respecto.
En fin que ya veis: cuando el Diablo no
tiene nada que hacer, pues mata moscas con el ordenador.
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