lunes, 28 de agosto de 2017

HUMILLADOS Y OFENDIDOS




Al conocer el título de esta novela, creí que se trataba en ella de los profesores de Bachillerato o de los profesores en general, pero, al adentrarme en su lectura,  he visto que no, que se trataba de otro argumento. Dejo la broma para deciros que esta novela, poco conocida del maestro ruso en comparación con los grandes “buques insignia”, es una maravilla y que en ella aparece un personaje, el príncipe, que es todo un nihilista. Este tal Piotr Valkovski es un personaje egoísta y hace del egoísmo su moral: todos en el fondo, si hacemos el bien, lo hacemos por nuestro propio placer. Su hijo Aliosha es un personaje manipulable, inmaduro, infantil que nos remite a El Idiota. Está también Vania, el narrador;  la maldecida Natasha y su padre, el señor Ikmeniev que quiere perdonarla y se echa atrás por los convencionalismos sociales y que acabará perdonándola y acogiéndola en su casa. Pero está sobre todo Elena, Nelly; la nieta del señor Smith, la niña mártir que muere por las humillaciones a las que se ha visto sometida. Estos niños que aparecen en las novelas del gran escritor ruso deberían tener un estudio serio por parte de algún filólogo mucho más capacitado que yo porque son de lo más emocionante de toda la literatura del escritor de San Petersburgo.

         Hay en la novela esa lucha entre el bien, encarnado por los humillados y el mal encarado por y en ese príncipe al que tan sólo le gusta su yo y que está encantado de conocerse.

         No os cuento más. Seguro que mi buen amigo Luis Daniel González habría hecho un comentario mejor, pero tenemos que conocer nuestras limitaciones como bien sabían y aplicaban los griegos.

 

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