Hará
como cosa de un mes os hablaba de la gran novela de Joan Sales Incierta gloria y cómo esa novela
fabulosa tenía una continuación: El
viento de la noche. Pues bien, tras dedicarle el tiempo que se merece, esta
segunda novela no me ha gustado tanto. El personaje que la protagoniza con sus
memorias es Cruells, amigo de Solerás, discípulo del padre Lamoneda y enamorado de
Trini que es amada por tres hombres: Luis, Julio y Cruells, siendo el primero
el que se casa con ella . Dejando de lado esos ataques sin venir a cuento a
Eugenio D’Ors, la bobada del obispo “extranjero”,
- vamos, que no hablaba catalán-, y de
la reivindicación de obispos catalanes
para Cataluña, la novela pierde en intensidad, en brío, en emoción. Y es que
falta un personaje que enamora: la carlana, la señora del castillo. Aragonesa
de esas tierras altas, se marchó a servir a Barcelona en donde conoció al
carlán del castillo y con quien tuvo dos hijos. El resto lo cuenta Sales en la
novela y no lo voy a repetir aquí, pero sí deciros que “la carlana” es un
personaje redondo por su sentido de la supervivencia y por un sentido del honor
muy peculiar. Es junto con Julio Solerás, el gran personaje de esta novela que,
pese a que “pincha” un poco en su segunda parte (no voy a repetir el tópico) es
una novela fantástica, de lo mejor que he leído en mi ya muy larga vida
lectora.
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