miércoles, 20 de diciembre de 2017

¡POBRE JOAQUÍN COSTA!



 ¡Pobre Joaquín Costa, soñando con una España de la luz en un país de sombras de todos los demonios! ¡Pobre Joaquín Costa, soñando con una España limpia de caciques en un país en que el caciquismo era su verdadera forma política! ¡Pobre Joaquín Costa, abogando por la escuela en un país de señoritos puteros y majos de navaja y patilla! ¡Pobre Joaquín Costa, olvidado de todos porque el hombre sabio en España molesta y, en su lugar, se prefiere al mamacallos, al adulador, al espolique de tres al cuarto que le lleva el caballo al amo a cambio de una limosna! Leyendo el libro que Ciges Aparicio le dedica a Costa no podemos sino sentir una profunda pena por España que, una vez más, se burló de un hombre que la amaba profundamente y, llevado por su amor, soñaba con verla desarrollarse, crecer y vivir en el progreso que le negaban los de la España negra. Leyendo este libro de Ciges, otro republicano y regeneracionista que pagó con la vida su osadía, se siente pena de los políticos que España ha arrinconado porque los de siempre han querido que fueran arrinconados. Leyendo este libro de Ciges se siente, como don Miguel de Unamuno, un profundo dolor por España, la triste España sin ventura que cantaba Juan del Encina. Pero también, leyendo este libro de Ciges, se sueña con un futuro posible que algún día llegará. No lo dudéis.

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