viernes, 8 de junio de 2018

TOMÁS ROMOJARO





Tomás Romojaro Sánchez nació en Santander, la marinera, un 19 de mayo de 1907. Fue Maestro y estudió en Valladolid y Madrid. Fue también “camisa vieja de Falange”, es decir, falangista no de los que se apuntaron al chollo después de la Guerra Civil, sino de aquellos que recorrían los pinares de Castilla con José Antonio. En el SEU, dirigió la sección de Magisterio y fue gobernador Civil de Santander, Valladolid y Teniendo en . Don Tomás, en su etapa santanderina, o sea, en su tierra natal, tuvo que hacer frente al terrible incendio que asoló a la capital de Cantabria y acometer su reconstrucción. Entre 1951 y 1956, Romojaro fue vicesecretario general de FET y de las JONS, pero los sucesos de 1956, lo hicieron dimitir al igual que otro falangista histórico: Raimundo Fernández-Cuesta.  Los sucesos de 1956 fueron el enfrentamiento de la Universidad a la dictadura del general ferrolano y, tras ese suceso, hubo depuraciones en el régimen. No obstante, Romojaro siguió como procurador de las Cortes franquistas de las que llegó a ser Secretario Primero y como tal, un  23 de julio de 1969, en su condición de Primer Secretario de las Cortes, fue el procurador que dio lectura del acta levantada esa mañana en el palacio de la Zarzuela del acto por el que se notificaba al futuro Juan Carlos I el acuerdo adoptado el día anterior en cuya virtud quedaba proclamado como príncipe de España y sucesor a título de Rey. Como se ve, un viejo conocido de la Casa Real. Tampoco dejó su trabajo en la enseñanza y después de los acontecimientos ya relatados de 1956, Romojaro fue nombrado Inspector General de Enseñanza Primaria.
         Murió en Madrid, en 1980 cuando tan sólo faltaban dos años para que Felipe González subiera al poder. Por cierto, Romojaro tiene colegios con su nombre en varias localidades españolas. Teniendo en cuenta que su profesión era la de maestro y que llegó a ser Inspector de Primaria, no me parece un deslate habiendo centros dedicados a Dolores Ibarruri o a Mafalda. En fin, no voy a entrar en polémicas estériles y ahí os dejo la vida y milagros de Tomás Romojaro.

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