La verdad, cuando me puse a
escribir este pequeño articulillo para el blog, no sabía qué deciros sobre la
lectura que he hecho del libro de Isabel Bono, Los días felices. Su lectura no llego a un cuarto de hora y algunos
de los poemas que aparecen en este libro no tienen más que dos líneas. No digo
yo que los poemas se tengan que vender al peso, pero, hombre, tan poca
enjundia, tampoco. Es probable que no sea necesario mucha palabrería para
conseguir que el corazón hable y que dos líneas pueden “decir” más que treinta.
Por eso, lo que hago es copiaros un poema y que vosotros juzguéis.
PARA NO
TORCERSE
ella
copiaba
los versos
de
él
sobre las
rayas
de su
jersey
Y basta. Ya me
contaréis en los comentarios. ( Espero porque luego nadie me dice nada ni sobre
esta poetisa malagueña, ni sobre nada de os que escribo)
Tienes toda la razón, podría haber dicho mucho más. Pero soy a fases, y esa época (el libro está escrito en 1998-99) podaba muchísimo los poemas. El poema más breve que he escrito en mi vida está en ese libro: "FALLING nada/ni miedo siquiera". No necesité más. Si quieres poemas largos, en 2000 me llegó la fase de poemas de 5 folios. Los tienes en el libro "Pan comido". Gracias por tu lectura y, ¡espero que te hagan muchos comentarios!
ResponderEliminarGracias a ti, querida Isabel. Ni prefiero ni dejo de preferir. Como digo en la entrada, a veces, con pocas palabras, se puede decir mucho. Leeré el libro que me dices.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias
No necesito más para crearme un mundo sobre lo que ocurre sobre esas rayas. Me encanta que me hagan imaginar, fantasear y, sobre todo pensar. Detesto que me des las cosas tan masticadas como para hacerme sentir tonta. Todo vale si tu mente lubrica.
ResponderEliminar