domingo, 5 de agosto de 2018

LA POESÍA DE ROSA CHACEL


Si hablamos de Rosa Chacel, siempre pensamos en la novelista, en la autora de Las Memorias de Leticia Valle o de Teresa. Sin embargo, fue una más que notable poeta que no se atrevió a publicar sus versos porque, como en el caso de Juan de Contreras., Marqués de Lozoya, los consideraba menores. En fin, les tocó publicar en una época en que los “espadas” eran de lujo: Lorca, Alberti, Cernuda, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre y otros más, pero tampoco los veros de Juan y de Carmen eran tan malos-. ¿Qué hubieran dicho si leyeran los que en los premios amañados del territorio hispano nos venden como gran poesía? Era doña Rosa , - familiar, por cierto de Zorrilla y de la familia Hidalgo Chacel de Boecillo - , creadora que cincelaba sus novelas y que, como discípula de Ortega, se adentraba por vericuetos filosóficos que molestaban a algunos lectores como es el caso del conspicuo Umbral, pero, que sin embargo, en sus poemas navega, salvo excepciones,  por un mar libre de escollos. Hermosa poesía en moldes clásicos de una mujer cuya vida fue todo una historia de amor por España y por el español hasta el punto que dejó Brasil por Argentina para que su hijo se educara en la lengua en la que ella escribía. Todo un ejemplo. Y como ejemplo, este soneto de altísimo voltaje poético.

 

A Rafael Alberti


Cuando la mar esté bajo tu almohada
¡Alegría de turbas infantiles!
¡Triunfo de los egregios, varoniles
pámpanos que estremece la alborada!

Frutos dará la náyade dorada
que llamea en los ínclitos candiles
y en sus perlas de amor claros abriles
hervirán al compás de tu mirada.

¡Qué ventura te aguarda en el impacto
si alcanzar logras la divina orquesta!
Tu frente surtirá con el contacto

de la escondida nuez templada y presta
que a trompa airada vibrará en el acto.
¡La vida es gracia y el reír no cuesta!

 

 



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