martes, 28 de agosto de 2018

NERÓN, TOCANDO LA GAITA




Lo siento por mi buen amigo Javier Celada, que es un buen gaitero, pero resulta que Nerón, el desgraciadamente célebre emperador romano, compartía esta misma afición gaitera. Lo cuenta Suetonio en esas biografías que se adelantaron a la crónica rosa y que han pasado al mundo de la literatura latina como Los doce césares.

   LIV sub exitu quidem uitae palam uouerat, si sibi incolumis status permansisset, proditurum se partae uictoriae ludis etiam hydraulam et choraulam et utricularium ac nouissimo die histrionem saltaturumque Vergili Turnum. et sunt qui tradant Paridem histrionem occisum ab eo quasi grauem aduersarium.

 

54. Al término de su vida, hizo un voto solemne de que, si salía sano y salvo, tocaría, en los juegos  por la victoria, el órgano hidráulico, la flauta y la gaita; además, prometió actuar como histrión en el último día de los juegos y que bailaría el Turnus de Virgilio. Hay también gente que dice que mató al actor Paris considerándolo un duro adversario.

 

Nos falta por decir que en latín gaita se dice tibia utricularis, es decir, flauta de odre y que su procedencia (de la que hablaré en su momento) no es claramente celta sino de Mesopotamia de tal manera que el instrumento, hoy asociado por error tan sólo al mundo celta, ya era conocido en Grecia como el ασκαυλος, es decir, la flauta de odre de vino.

 

Prometo seguir, pero por hoy baste saber que Nerón fue gaitero por promesa. ¡Están locos estos romanos!

 

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