Me acabo
de leer el San Francisco de Asís de Chesterton y me ha parecido un libro
maravilloso por el análisis que el escritor inglés hace del santo italiano. No
busquéis muchas fechas porque como en su Historia
de Inglaterra no las vais a encontrar, pero sí encontraréis un retrato del
santo con la impronta genial de Chesterton. Así, a bote pronto, se me viene al
recuerdo una idea fundamental que refuta otra que he visto escrita muchas
veces: Francisco era un loco, un loco de Dios, pero, al final, un loco. Según
el autor, Francisco estaba asido siempre una hebra de cordura. Evidentemente no
era Santo Domingo de Guzmán, que tenía, como casi todos los españoles, una
mentalidad militar, pero el italiano quedó una impronta que nadie, por muy
agnóstico que sea, se atreverá a negar. Por cierto, de manera magistral, el
autor nos presenta una visión distinta de la habitual con la que solemos ver la
Edad Media. Y para muestra un botón: las diferencias sociales en aquella época “oscura”
eran menores que en la nuestra. Me explico, la diferencia entre el señor feudal y su
porquero no era tan abismal como entre Amancio Ortega y uno de sus trabajadores
hacinados en fábricas de Bangladesh. ¿A qué no habíais reparado en esto? Yo
tampoco, la verdad.
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